Un día Marcos dijo:
- Están tan despistados que los voy a enviar a un concurso de cerdos a ver si espabilan. Mañana los llevaré.
Llegó esa mañana y los llevó al concurso y empezó.
El concursante tenía que hacer correr a los marranos. Y corrieron un montón y se espabilaron.
Y colorín, colorado este cuento se ha terminado.
Marcos Simón Lesnyak
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