LAS CEREZAS

Érase una vez una niña que se fue al campo, se tumbó en la hierba, se levantó y en el árbol había cerezas.
Cogió unas cuantas, se las metió en la cesta, se las llevó a su casa, las guardó y luego se comió una cereza.
Y colorín, colorado este cuento se ha acabado.
Araceli Mayorgas Aguilar

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